SALA DE CONCIERTOS DE NÜRNBERG

SALA DE CONCIERTOS DE  NÜRNBERG

El carácter de las ciudades se configura a través de sus espacios públicos. Los espacios públicos son los lugares donde se construye la memoria de las ciudades.

Cada intervención en la ciudad tiene la capacidad de aportar un valor añadido al espacio urbano, más allá de un nuevo uso. Siempre hay una oportunidad de transformación y mejora.

La construcción de un edificio público para la ciudad de Nürnberg no es solo una solución a una necesidad funcional, sino la oportunidad para crear un espacio público, y aprovechar esta circunstancia para manifestar de forma explícita y representativa el compromiso de sus habitantes con el entorno y el medio ambiente.

El lugar previsto para la ubicación del nuevo Auditorio de Nuremberg se encuentra ocupado por una importante arboleda. Algunos de sus ejemplares tienen un imponente tamaño y muchos de ellos tienen edades comprendidas entre 100 y 200 años. Por un lado, la calidad de este espacio natural exige respetar el mayor número de árboles posibles, y por otro lado, el valor icónico de un edificio público representativo de estas características, invita a aprovechar la oportunidad para convertir este esfuerzo en un manifiesto urbano de respeto a la naturaleza, y de integración entre los espacios verdes y la vida más urbana.

Para limitar al máximo el impacto de la sala de conciertos, se propone hundir el nivel de la escena 4,50m por debajo de la cota de acceso, de manera que el acceso principal por la parte frontal de la sala se produce a cota, y la coronación de la sala es la mínima posible. El volumen de la Sala se cubre con una montaña artificial que aloja el resto de los usos (Vorderhaus und Hinterhaus), dentro de una geometría suave que integra la construcción con el paisaje verde circundante.

La sala posee una proporción exacta de 1:1:2 con una longitud de 45m lo que lleva al edificio a tener una altura total de 19m-21m, parecida a la del edificio existente del Meistersingerhalle, pero ligeramente superior para permitir a los visitantes ascender a la cima de la montaña y disfrutar del entorno del parque de Luitpoldhain.

La forma de la montaña se adapta para cubrir el programa interior requerido, y para establecer las conexiones necesarias con el edificio existente, públicas y privadas. El manto verde ofrece una protección climática al interior, y una presencia natural que lo vincula con los espacios verdes. Esta envolvente se ve recortada por la presencia de los árboles existentes, que producen unas aperturas que dan lugar a la iluminación natural y los accesos necesarios en todo su perímetro. El hecho de que en todos los ventanales haya árboles supone una protección de la radiación solar en los meses de verano, y un mayor soleamiento en los meses de invierno en los que los árboles pierden su hojas.

Esta intervención mantiene el mayor número de árboles posible, y se propone trasplantar aquellos que inevitablemente deben ser retirados, para colocarlos en el mismo lugar sobre la montaña o en algún otro emplazamiento cercano.

El tratamiento del resto del área del concurso se trabaja en continuidad con el paisaje de la montaña. Una red de caminos peatonales dan acceso a cada una de las entradas del edificio existente, y al nuevo Auditorio creando un jardín público que sirve de plaza y antesala a ambos edificios. Esta red de caminos además permite acceder hasta la cima de la montaña y realizar actividades de esparcimiento y culturales en un pequeño anfiteatro al aire libre. Está previsto que el movimiento de tierras necesario para la construcción del edificio sea neutro, es decir, que el volumen de tierra desalojado para realizar el sótano, sea el mismo que el empleado para cubrir la montaña artificial con tierra y para realizar la nueva topografía en las zonas verdes de la plaza.

El acceso de público es posible peatonalmente desde esta plaza junto al MSH, y en vehículo o bicicleta desde la Schultheißallee a través de un espacio cubierto que permite bajarse de un coche protegido de la intemperie. Estos dos accesos confluyen en un único recinto que da paso al Foyer.

El Foyer es un espacio interior con la referencia del exterior en sus extremos a través de las perforaciones que provocan el respeto de la posición de los árboles existentes, y se organiza en varios niveles, para dar acceso a la platea y a los dos niveles de palcos.

El acceso privado para músicos se encuentra en el extremo sur, y se produce asimismo a través del hueco de un árbol y da un foyer. Para permitir mayor intimidad de los espacios privados de los músicos, estos se ubican en la primera y la segunda planta, y acceden a la escena mediante los ascensores que acceden directamente a los escenarios laterales en el nivel -4,50m.

El acceso de mercancías a la escena se produce directamente desde un camión que puede descender hasta la cota -5.50 y descargar en un andén al mismo nivel que la escena. El acceso al sótano permite maniobrar a al menos un camión para entrar y salir cómodamente.

Existen espacios previstos para instalaciones en la planta baja, el segundo piso, el espacio dentro de la estructura sobre la sala y bajo la cima de la montaña, así como en el sótano del edificio existente del Meistersingerhalle.

 

Arquitectos: Ignacio Borrego, Gabriela Barrera 

Colaboradores: Martina Casagrande, Enrico Filippi, Chiara Pellegrinelli

Promotor: Stadt Nürnberg
Concurso: 2017

 

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